Comunidades que se transforman para el ejercicio integral de sus derechos
El proyecto “Comunidades que se transforman para el ejercicio integral de sus derechos” ejecutado en cooperación con Misión Alianza Noruega en Ecuador, tiene como fin, contribuir a la transformación social para el fortalecimiento de capacidades comunitarias y acceso a servicios de salud a través del ejercicio del derecho por una vida libre de violencia y los derechos sexuales y reproductivos.
A través de la democratización del conocimiento proporcionamos capacidades y oportunidades de crecimiento y desarrollo personal desde la comunidad, contribuimos a una transformación real de las percepciones y creencias dañinas respecto a la violencia basada en género, y la importancia de los derechos sexuales y reproductivos, por eso, centramos nuestros esfuerzos en dos ejes fundamentales: la erradicación de la violencia contra la mujer y la promoción de la salud preventiva en VIH.
Nuestros objetivos principales son (1) fortalecer las capacidades comunitarias de respuesta frente a la violencia basada en género ejercida en contra de mujeres, niñas, niños y adolescentes, y (2) contribuir al acceso a servicios de salud y medidas de prevención del VIH y otras ITS, en población del Norte de la ciudad de Guayaquil.
¿Cómo lo hacemos?
A través del reconocimiento de las necesidades reales y el rol activo de la población objetivo en la construcción de soluciones colectivas que sean sostenibles en el tiempo y que aporten a la agencia, autonomía y resiliencia del tejido comunitario.
Además, enfocamos esfuerzos en la implementación de procesos participativos, para crear vínculos sólidos entre la organización y los integrantes de la comunidad, lo que posibilita la formación para la incidencia territorial con perspectiva de género transformador a largo plazo.
Fortalecemos las capacidades comunitarias de respuesta frente a la violencia basada en género ejercida en contra de mujeres, niñas, niños y adolescentes
Aportamos a reducir la violencia contra las mujeres y NNA en los entornos cotidianos del noroeste de Guayaquil, a través de:
- Informar, capacitar y sensibilizar a las mujeres para que ejerzan plenamente su derecho a una vida libre de violencia.
- Brindar atención atención integral y especializada en la construcción de una vida libre de violencia a niñas, niños, adolescentes y mujeres.
- Involucrar a los miembros de familia en los procesos de atención integral enfocados al fortalecimiento de medidas de prevención a la violencia y dinámicas familiares.
- Acciones de articulación con Red de Noroeste, universidades o institutos tecnológicos
Contribuimos al acceso a servicios de salud y medidas de prevención del VIH y otras ITS, en población del Norte de la ciudad de Guayaquil.
Contribuimos a mejorar las condiciones de salud de las familias, jóvenes y personas viviendo con VIH/SIDA a través de conocimiento y prácticas preventivas en enfermedades de transmisión sexual, a través de:
- Instruir y capacitar a jóvenes y adolescentes para que tomen medidas preventivas contra las enfermedades de transmisión sexual [VIH/SIDA] y el COVID-19
- Capacitar a personas viviendo con VIH/SIDA [PVV] en temas de derechos, autoestima y mecanismos para mejorar sus condiciones de vida.
- Facilitar el acceso a pruebas de tamizaje del VIH/SIDA
- Dotar y mejorar la infraestructura y equipamientos de los centros de salud del Ministerio de Salud Pública del Ecuador.
- Garantizar a los usuarios el acceso a los servicios de salud en instalaciones adecuadas y equipadas de los centros de salud.
Conoce las historias de vida de quienes ha impactado este proyecto:
¡Hola a todas! Mi nombre es Marìa Àlvarez, soy una mujer de 48 años, y quiero contarles cómo el proyecto “Comunidades que se transforman por una comunidad libre de violencia” ha cambiado mi vida.
Era presidenta del comité central de padres de familia de la Unidad Educativa Bernardita Correa cuando comencé este recorrido. Buscaba ayuda para capacitar a las madres del sector en temas de violencia intrafamiliar. Fue entonces cuando encontré la iniciativa de Misión Alianza.
Hoy, soy una líder comunitaria activa, presidenta de la liga barrial y parte del directorio de fedeligas Guayas. Además, soy ama de casa, madre de dos hijos y dos hijas, y cuido a mis tres nietas.
Misión Alianza no solo cambió mi vida, sino que me permitió empoderar a mujeres en mi sector, brindándoles orientación y ayudándolas a prevenir la violencia en sus hogares. En el ámbito deportivo, como presidenta de un club deportivo y miembro del directorio de fedeligas Guayas, ayudo a mantener a los jóvenes y niños activos, alejándos del mundo de las drogas.
Las capacitaciones y talleres brindados a mujeres, niños y adolescentes gracias a las organizaciones colaboradoras de Misión Alianza han fortalecido no solo mi vida sino también la de mi familia.
En el último año, hemos experimentado una reducción del maltrato intrafamiliar en la comunidad, a pesar de los desafíos y la inseguridad que enfrentamos. Pero no estamos solas. Esta historia es de toda la comunidad.
Mi nombre es Mirna Angulo, tengo 53 años, soy orientadora de los derechos, promotora de salud, auxiliar de enfermería, lideresa comunitaria, trabajadora no remunerada del hogar, costurera, emprendedora. Una todóloga como yo digo. Les quiero compartir mi experiencia dentro del proyecto “Comunidades que se transforman por una comunidad libre de violencia”.
Mi recorrido inicia en la Cooperativa Cerrito Porteño, Mz. 7 Solar 2, Monte Sinaí. En 2018, me inicié como orientadora de derechos tras participar como promotora de salud en una fundación, donde también tuve la oportunidad de trabajar como auxiliar de enfermería Misión Alianza y CEPAM me invitaron a formar parte de sus charlas y talleres que compartí con otras mujeres; fue entonces cuando me di cuenta de que vivía violencia psicológica y decidí tomar el control de mi vida.
En el último año, este proyecto ha marcado un cambio significativo para mí. Aprendí a fortalecerme, a tomar decisiones para mi bienestar y el de mi familia, dejando atrás la dependencia y la violencia. Ahora tomo decisiones por mí misma, beneficiando a mi familia y sintiéndome más segura para salir adelante sin depender de nadie.
En la comunidad, he logrado ayudar a quienes enfrentan violencia, orientándolos y además brindando donaciones de medicinas. También, apoyo a chicas que desean aprender y trabajar, compartiendo conocimientos y empoderándolas a tomar iniciativa económica.
Este cambio también es significativo para la comunidad, ya que se sienten agradecidos por las oportunidades. Les proporciona materiales y orientación sobre derechos. Todas estamos aprendiendo y creciendo juntas.
Misión alianza nos acompaña y enseña a salir de la violencia, a buscar trabajo, y a valernos por nosotras mismas. Estoy agradecida por los conocimientos adquiridos y por ser parte de esta increíble transformación comunitaria.
Sigue todas las acciones del proyecto Comunidades que se Transforman para el Ejercicio Integral de sus Derechos: