Expresamos nuestra indignación y preocupación por el actuar de la Policía Nacional.
Desde el inicio de la marcha, agentes policiales irrumpieron colocando filas de motos en medio de las manifestaciones tratando —en sus palabras— de “controlar” a las manifestantes que participaban pacíficamente. Esto ocasionó malestar y sensación de hostigamiento a las participantes, en su mayoría mujeres.
Denunciamos el uso injustificado de gas lacrimógeno en contra de nosotras y recordamos que esta sustancia tiene secuelas en la salud de quienes la reciben. Entre ellas, molestias en las mucosas de ojos, nariz y garganta, así como afectaciones en la piel y en las vías respiratorias.
Recordamos que la Policía Nacional es integrante y representante del Estado en contexto de movilizaciones, por lo que tiene obligaciones directas de protección, garantía y defensa de, en este caso, el derecho a la protesta.
Adicional, solicitamos un informe detallado a propósito de todo protocolo referente al actuar de la Policía Nacional en contexto de movilizaciones y cómo se incluye el enfoque de derechos humanos –con perspectiva de género- en el mismo tomando en consideración los estándares internacionales de Derechos Humanos